domingo, 20 de noviembre de 2011

Los pies en la tierra

Hace algún tiempo (ni me acuerdo bien como pero si que Adrián tuvo mucho que ver en eso) decidimos empezar a alojar viajeros en casa. De manera gratuita, a través de una red que se llama Couch Surfing. Fue una de las mejores decisiones que hemos tomado. De golpe se volvió habitual que en casa hubiera chicas de francia, algún alemán o italiano, o un encantador brasileño.

Una pareja de rosarinos que se quedó con nosotros la semana previa a su vuelta a casa tras un viaje de dos años por América Latina nos dejó para ver un documental sobre la autoconstrucción natural llamado El barro, las manos, la casa. Nos bastó ver el video para decidirnos, nos íbamos a hacer una casa de barro.
Empezamos a averiguar un poco más, al principio como en broma, no nos creíamos ni nosotros. De a poco la idea se fue asentando y nos fuimos comprometiendo.

Ya pasaron dos años desde el primer contacto. Participamos en un taller, aprendimos más, hablamos un poco y escuchamos mucho. Nos casamos, tuvimos un hijo, plantamos un árbol, compramos un auto y lo arreglamos entero, alquilamos un departamento, pagamos las cuentas, armamos la estructura de madera.
Ahora va llegando la hora de embarrarse, de meterle mano al asunto, de aplastar terrones, de mojar y mojarse, de dejar huellas, de comer con la mano, de sacar muchas muchas fotos, de ver crecer nuestra casa desde el suelo. Desde ya están todos invitados.

4 comentarios:

  1. Allí estaré, todos los sábados que pueda, embarrándome con ustedes!!!

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  2. Wee! va a ser un lindo punto de encuentro... y todo el amor que allí se encuentre va a quedar plasmado en las paredes de la casa.

    ¡No puedo esperar a que llegue el momento de embarrarse! :)

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  3. Adhiero a tanto sucio entusiasmo ^_^

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  4. que lindo chicos! una casa hecha totalmente por ustedes y con manos amigas... eso sí que es un verdadero HOGAR

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